1- Mantienen un sistema de creencias basado en los mitos culturales acerca de la masculinidad y de la inferioridad de la mujer.
2- Tienen dificultades para expresar sus sentimientos por considerarlo signo de debilidad, lo cual lleva a que los conflictos sean resueltos violentamente por no saber hacerlo de otra manera.
3- Se encuentran emocionalmente aislados, ya que no cuentan con quién hablar de sus problemas o de sus sentimientos.
4- Recurren frecuentemente al uso de racionalizaciones para explicar su conducta violenta, sosteniendo que es la mujer quien los provoca, que no pueden controlarse o que no saben lo que hacen.
5- Perciben que su autoestima y su poder se encuentran permanentemente amenazados y, ante la sospecha de la pérdida de control, intentan retomarlo a través de la fuerza.
6- Muestran una actitud externa autoritaria que oculta su debilidad interior.
7- Al no reconocer la responsabilidad por sus actos, difícilmente piden ayuda para resolver sus problemas.
8- Discrepancias entre el comportamiento en público y el comportamiento en privado: tienen una imagen de persona amistosa y correcta y esto lleva a que los familiares y vecinos consideren a la mujer exagerada e histérica. Esta imagen de hombre respetable se acentúa más si este tiene una profesión como abogado, médico, juez, ministro etc.
9- Minimizar y negar: consideran de poca importancia las agresiones a la mujer e incluso las niegan.
1O- Culpar a los demás: según ellos, es la mujer quien les provoca y quien merece ese trato
martes, 2 de junio de 2009
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